Nos encanta cuando tras enviar la evaluación de mitad de proyecto, las personas voluntarias nos cuentan lo bien qué se sienten durante su experiencia en el Cuerpo Europeo de Solidaridad. Marina Romero es una de esas voluntarias. Tras pasar el ecuador de su CES, nos ha hecho llegar esta preciosa carta y algunas fotos. ¿No tienes curiosidad sobre lo que está viviendo?
¡Hola! Me llamo Marina, tengo 25 años, soy de Córdoba y estoy realizando un voluntariado del Cuerpo Europeo de Solidaridad (CES) en la ciudad de Cagliari, en Cerdeña.
Siempre me había llamado la atención la idea de hacer un voluntariado en otro país, fue así como descubrí el programa de CES hace varios años cuando buscaba oportunidades de voluntariado por internet. Sin embargo, fueron surgiendo otros compromisos e ignoré la idea, pero esta oportunidad no se me iba de la cabeza y no dejaba de pensar en aprovecharla en algún momento de mi vida.
Este año, cuando estaba a punto de terminar unas prácticas en España, decidí que era el momento oportuno para vivir esta experiencia. Estaba en un momento en el que me apetecía probar cosas nuevas, salir de mi zona de confort y vivir de nuevo en el extranjero. Tuve la decisión espontánea de aplicar un proyecto de voluntariado de larga estancia, me aceptaron y a partir de ahí todo fue muy rápido ya que en menos de un mes estaba en Cerdeña.
Mi proyecto en Cagliari trata sobre la promoción de los derechos humanos y el voluntariado mediante la creación de contenido a través de las redes sociales y otras plataformas digitales. No obstante, también ayudamos en la implementación de otras actividades que promueve la organización, como intercambios juveniles, seminarios y otro tipo de eventos.
Llevo cuatro meses aquí y puedo decir que la experiencia está siendo intensa, pero a la vez muy gratificante. He tenido la oportunidad de conocer a muchas personas de distintos países, con culturas diferentes e historias inspiradoras. También estoy teniendo la suerte de participar en tareas muy diversas que me están permitiendo explorar nuevas habilidades y descubrir dónde me siento más cómoda. Algunas de las actividades en las que he participado han sido gestión de redes sociales, organización de eventos, tareas administrativas, creación de contenido, apoyo en tareas logísticas, etc.
A nivel personal siento que estoy creciendo a pasos agigantados. Desde que estoy aquí han pasado muchas cosas, he participado en muchas actividades y he conocido a muchas personas, lo que me ha impulsado a estar constantemente saliendo de mi zona de confort y adaptarme a cada circunstancia. Además, vivir fuera conlleva también enfrentarse a retos, obstáculos y cambios constantes, por lo que esto me está haciendo mejorar mis capacidades de adaptación, resiliencia y aceptación. Gracias a esto me estoy conociéndome a mi misma mejor que nunca.
Considero que participar en un proyecto CES es una opción perfecta para aprender y crecer de una forma diferente y dinámica, al mismo tiempo que vives una experiencia inolvidable.
Además, Marina nos ha dejado compartir una reflexión genial que nos ha dejado en su evaluación y que creemos que describe a la perfección lo que significa participar como voluntario/a en este proyecto europeo: «Realizar un voluntariado en el extranjero no es necesariamente sinónimo de vivir una experiencia fantástica y divertida. Ser voluntario/a implica sacrificarse en muchas ocasiones, salir de la zona de confort y ponerte en el lugar de los demás. Pero cuando empiezas a disfrutar de dar una parte de ti para ayudar y cuidar a los demás, ahí es cuando la experiencia empieza a brillar :)»