El pasado 27 de julio, coincidiendo con el fin de la feria, despedimos al grupo de voluntarios que ha participado en el primer Campo de Voluntariado Internacional de Salvaleón. Los 20 se marcharon dejando atrás una experiencia inolvidable de la que todos destacan la hospitalidad y simpatía de los vecinos y vecinas de nuestro pueblo.
El día 12 de Julio nos reuníamos en la plaza de España para dar la bienvenida a este grupo de personas venidas de Europa y Asia. Han sido dos semanas muy intensas en las que las horas de trabajo y de ocio han servido para dar a conocer a estos visitantes nuestra mejor cara así como los principales retos a los que nos enfrentamos. Ese era el espíritu de este proyecto denominado “Nature & Old Architecture Challenges 2015”, es decir, los retos a los que se enfrenta nuestro entorno natural y nuestra arquitectura tradicional. Aunque luego la cosa fue a más…
¿Qué hemos hecho?
Los voluntarios, junto con vecinas y vecinos de Salvaleón, han desarrollado tareas de limpieza y fotografía en Monte Porrino y en el entorno del Molino de la Molineta. Tan importante ha sido retirar la basura que hemos encontrado en los recorridos diarios como las fotografías que se han realizado.
Es importante destacar que la mayor parte de la basura se ha recogido de puntos concretos en los que aún hoy sigue habiendo bloques de cemento, vallas y restos de cerramientos para animales. Hay que dejar claro que NO todo el monte está sucio y que NO todos los ganaderos que tienen allí animales son unos irresponsables. Con esta actividad no buscamos culpables, tampoco generalizar, lo que pretendíamos era dar un toque de atención. No deberíamos seguir mirando para otro sitio, todos y todas sabemos que el Monte Porrino se merece que lo tratemos bastante mejor… y de esto tenemos que empezar hablar seriamente, ya!
Por otra parte, las fotografías que los voluntarios han realizado recogen la enorme belleza de nuestros paisajes y la riqueza de nuestro patrimonio natural y arqueológico. También hemos recibido durante 4 días la visita de 5 voluntarios pertenecientes a la Asociación “Dehesa Tierra”, preocupada por la conservación de la arquitectura vernácula, que nos ha ayudado a identificar las construcciones que hay dispersas por Monte Porrino y a reflexionar sobre su potencial.
Con todo esto, durante estas dos semanas, hemos creado un archivo de fotografías que poco a poco iremos utilizando y que sin duda serán de gran utilidad para poner en valor nuestra finca comunal y nuestro pueblo.
Además, los participantes han ayudado a encalar dos fachadas de nuestra plaza que llevaban años abandonadas, así como a limpiar el entorno del Molino de la Molineta, un elemento patrimonial que poco a poco pasará de ser un basurero a un espacio emblemático de nuestro pueblo…
Un ejemplo de colaboración local.
Era curioso ver a los niños jugando en la plaza mientras una chica de Taiwán les hacía fotografías. También ver a nuestros vecinos tomando algo con una señora de Serbia y otra de Polonia. Los voluntarios han tenido clases gratuitas de sevillanas con Tomás, han degustado productos del cerdo ibérico de Señorío Porrino, han visitado las Casas Rurales de Monte Porrino y la Casa Rural ‘El Endulzaero’, se han resguardado del sol abrasador con unos sombreros gentileza de Monte Porrino, han probado todas las tapas habidas y por haber de los bares de nuestro pueblo a precios de risa, han bailado en la feria, se han echado alguna siestecita en casa de algunos vecinos y algunos incluso se han enamorado! J
Todos los colectivos e instituciones de Salvaleón, así como personas privadas, han mostrado su apoyo al proyecto desde el principio. La Asociación de Senderismo organizó una ruta nocturna a la Piedra Montá, la Asociación de Mujeres les cedió su cocina de inducción, la Asociación de Jóvenes Porrineros organizó una fiesta de convivencia y muchos vecinos nos han dejado y regalado colchones, almohadas, fundas, ollas, materiales,…
El apoyo del Ayuntamiento ha sido también incondicional. En su papel de organización de acogida, ha ofrecido a los voluntarios alojamiento y comida durante la duración del proyecto. Además ha puesto a nuestra disposición el coche oficial y otros materiales y herramientas que hemos necesitado. Del mismo modo, la biblioteca municipal y el centro de interpretación de la dehesa de Salvaleón han abierto también sus puertas de par en par a los voluntarios.
Los participantes han quedado especialmente contentos con las comidas. El equipo de cocineras y trabajadoras de los pisos tutelados se merecen, una vez más, todo el reconocimiento, no sólo por haber hecho su trabajo, sino por haber hecho de las comidas un rato muy divertido y ameno.
Puede que se quede algo en el tintero pero desde luego ha sido todo un lujo contar con este espíritu de colaboración y hospitalidad. Todo un ejemplo de que se pueden conseguir grandes cosas si todos remamos en la misma dirección.