Javier nos cuenta su experiencia en Irlanda:
«Ya en el avión de vuelta a España empiezo a tomar conciencia de lo que he ido viviendo durante estas tres últimas semanas y media en este maravilloso país llamado Irlanda.
Hoy, el último día, ha sido bastante emotivo. Todo el mundo nos ha dado las gracias de corazón, han reconocido nuestro gran esfuerzo y nos han dicho que les hemos sido de gran ayuda. Todos nos han deseado lo mejor para nuestras vidas y esperan volver a vernos.
Los de la cocina nos han regalado una postal firmada y un collar de plata con la cruz que tanto caracteriza a Irlanda. Los ayudantes han reconocido nuestra gran labor y nos han dado las gracias de corazón.
La gente con silla de ruedas, los verdaderamente importantes en este gran proyecto, han disfrutado mucho con nosotros y así nos lo han transmitido. El escuchar frases como: “ha sido la mejor noche que he pasado en años”, un “gracias” que sale del corazón, una mirada sincera y penetrante que quiere decir un gracias porque es su única forma de comunicarse; un beso que significa un: no puedo hablar pero te agradezco desde el alma lo que estás haciendo; o una simple sonrisa que significa: estoy bien, gracias por compartir estos días conmigo. Con esta gente he aprendido que los principales objetivos del lenguaje (expresarse y transmitir) no tienen un verdadero sentido solo con palabras. La forma más profunda y penetrante de transmitir los sentimientos es a través de una mirada, una sonrisa, una palmada en la espalda……
Todo esto es lo que de verdad ha merecido la pena de este viaje y es lo que estoy convencido que llevaré siempre conmigo. Cada detalle, cada mirada de complicidad, cada agradecimiento…. Y por supuesto lo más importante que me llevo de aquí son personas; a muchas de ellas probablemente no vuelva a verlas más pero que me han enseñado qué es lo más importante en la vida, personas que me han enseñado que no importa cuán grande sea el obstáculo que tengas que superar si no la actitud ante dicho obstáculo, saber qué es lo que hay que aceptar, pero también saber qué es lo que se puede superar y decirle al día que tu eres más fuerte y que a pesar de las circunstancias hay que disfrutar y sonreír. Aquí está la importancia de los pequeños detalles, aquí está la importancia de saber que siempre hay razones para estar agradecidos y que para encontrarlas simplemente hay que pararse y analizarse a uno mismo y a su entorno.
No tengo palabras para mostrar mi agradecimiento a todas las personas que han compartido conmigo este viaje y que han hecho de cada día una nueva aventura; pero como ya he dicho antes sería absurdo intentar expresarlo únicamente con palabras por que requerirían de una gran sonrisa y una mirada penetrante para que adquirieran sentido. GRACIAS DE CORAZÓN.»