Yo por desgracia no fui al campo que había escogido en un principio. Mi primer destino era Mardin una ciudad antiquísima de Turquía que está a unos 15 km de la frontera con Siria y no muy lejos de la de Iraq (<200km). Dicho destino fue cancelado 5 días antes de mi salida, para alegría de mi madre que estaba al borde del colapso nervioso. Así que tuve dos alternativas, cambiar todo el plan en menos de una semana como fuese posible o cancelarlo y perder todo el tiempo y dinero invertidos, obviamente la segunda no era viable. Finalmente conseguí cuadrarlo todo para ir a un nuevo destino, Mut, a 800km al oeste del destino anterior, un pueblo entre montañas.
Tras un largo viaje llegué donde ya estaban el resto de voluntarios que habían llegado la noche anterior, yo era el rezagado del grupo. Dicho lugar era una piscina situada en lo alto de un pequeño monte desde la cual se contemplaban unas maravillosas vistas de las montañas que la rodeaban. Allí me conocí a todo el mundo, bajo un sol abrasador rodeado de un montón de niños correteando por el lugar y bañándose en bañador y calzoncillos, y acompañado de una música electrónica bastante desfasada que sonaba bastante alto. La verdad es que nunca imaginé que mi primera impresión de Mut fuese a ser aquella, el sitio tenía bastante encanto.
Ya alojado en el pueblo, nuestra labor consistía en “renovar” (=limpiar ) un castillo milenario , que era uno de los reclamos del sitio , donde la gente del lugar iba a hacer celebraciones entre otras cosas . Por desgracia , pese a haber cada año un proyecto internacional en el pueblo y por ello estar acostumbrados con este tipo de gestiones, era el alcalde quien nos debía permitir el trabajo y no hacía mucho caso a los “camp leaders” así que sólo trabajamos 3 días de las dos semanas que estuvimos allí . El resto del tiempo lo dedicamos a vivir y disfrutar, lo pasábamos yendo a la piscina, haciendo excursiones por el pueblo y los alrededores. Teníamos un pequeño mininbus que nos dejaba el ayuntamiento donde apenas cabíamos los 16 y en el cual viajábamos con la puerta abierta del calor infernal que hacía; fuimos a ver unas ruinas , a un desfiladero cercano donde había una cascada impresionante , pasamos una noche en la playa , en Silifke un sitio con unas calas preciosas, fuimos nadando a un castillo que había en el mar , a una cueva ,otro día viajamos a Mersin , una ciudad grande, la verdad no podíamos quejarnos mucho.
Esto fue sólo un poco de toda mi experiencia, por espacio no podría contar todo lo que me pasó pero resumiendo fue increíble, pase un verano genial, lleno de momentos inolvidables. Para mí fue una experiencia muy AUTÉNTICA, a pesar de la distancia sentí que durante esas dos semanas mi casa ya no estaba más en Madrid. Gane 17 amigos muy especiales de todas las partes del mundo ( Georgia, Rusia , Lituania , Letonia, Francia , Corea del Sur , Taiwán , EEUU además de turcos y españoles claro ) y descubrí un poco de ese país que es Turquía, la puerta entre oriente y occidente , con una naturaleza maravillosa , gente muy amable , siempre dispuesta a compartir lo que tienen y a hacerte sentir a gusto , una comida fantástica ( se come muy bien , todo el mundo debería probar el auténtico kebab ) y algo de corrupción todo hay que decirlo .
Así que si estáis pensando en hacer algo de voluntariado no dudéis ni un segundo, no dejéis que nadie os lo cuente, vividlo por vosotros mismos!
Fernando, voluntario del Programa Europeo y Más, Turquía 2015